La Guarura, Wainjirawa | Rechazamos la destrucción de las instalaciones de la Radio Crepuscular de la comunidad la Carruseña, en Barquisimeto, Estado Lara, enviamos un abrazo a nuestros hermanos comunicadores populares de esa barriada hermana.
Somos desde hace mucho, críticos del camino que han tomado una parte importante de las radios comunitarias mas cercanas a la publicidad gubernamental que a los asuntos de la comunidad. Pero es evidente que esa valoración no incidió en las razones que motivaron este atentado, mas bien se hace evidente una ausencia de valoración o reflexión en un acto infame de odio como este.
La guerra no es el discurso de los pueblos, los pueblos resistimos la guerra y la ganamos con aguante. Hoy nos preparamos para una guerra que garantiza un orden de entrega, es el pacto de sangre que fraguan los polos de la polarización del poder para contener y golpear a quien resista en favor de nuestras soberanías. Para resistir tenemos que liberar la mochila de las piedras que nos limitan acción y entendimiento. Y la acción y el entendimiento que nos piden los nuestros es mantener una identidad que venza la violencia y el hambre y se eleve por encima de la muerte con la alegría de la palabra propia.
En estos años de gobierno chavista fue posible que existieran con mayor legalidad estas radios, pero en los márgenes del espectro, el sector privado no solamente mantuvo la hegemonía del espectro radioeléctrico, sino que creció, con dueños de guallavera roja, sin embargo no son estas las emisoras atacadas por la oposición, sino las comunitarias mas humildes con escaso vatiaje de transmisión y poca sintonía.
El error ha sido servirle de vitrina a un gobierno que aún en la tragedia, solo te ve cómo propaganda de algo que no hizo y que no hará nunca, sino todo lo contrario a nuestros intereses populares y soberanos.
Sólo la acción soberana del pueblo es libertad
Tierra, autonomía y dignidad
El camino es el de las comunidades
