La Guarura, Sistema de la palabra libre y militante

Acaban de informarnos desde el Alto Apure con una dolorosa noticia, pereció en un accidente de tránsito el sacerdote jesuita Acacio Belandria, un consecuente compañero de todos los que han ligado su vida y compromiso a la lucha por la vida digna y buena, por la libertad y la justicia en este continente. Particularmente en Maracaibo, la presencia e influencia del trabajo de Acacio en los Barrios Populares de Maracaibo marcó el compromiso y la historia de nuestras luchas, luego fue enviado al Nula donde continuó haciendo lo que era la tarea de su vida, buscar a dios en la lucha por la justicia, ver a dios en el corazón de los pueblos.

Lamentamos su partida, no porque no estemos conformes con  el breve tránsito y el destino que toca a quien camina el camino, sino por que son tan pocos los hombres que se hacen uno más con la multitud y su esperanza, son tan pocos los hombres y las mujeres que no se conforman ante la iniquidad y la opresión, que su presnecia y su obra entre nosotros aún es imprescindible.

De tres amores habló Acacio un poco antes de despedirse:

1) Amor o credo a Jesucristo como el Salvador, 2) Amor o credo a los pobres, y 3) Amor o credo a la Iglesia Latinoamericana.

No hay pueblo vencido, Acacio estará  siempre con nosotros pués en la ciencia de los pueblos, la muerte no existe.

 

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