Por: Tibisay Maldonado Lira
El Ministerio Público, imputa a la actriz Jimena Araya, conocida como la “Rosita”, por el delito de cooperación para la fuga del líder negativo “Niño Guerrero”y le dicta medidas cautelares consistentes en presentación periódica cada 15 días ante el tribunal 2°de control de Aragua.
En el estado Zulia, lleva 8 meses preso un joven yukpa llamado Antonio González Romero, por haber matado en defensa propia a un sicario colombiano que intentó matarlo a tiros y murió por un certero machetazo de Antonio, que se defendía ante su inminente asesinato.
El sicario lleva 4 yukpa asesinados por encargo de los ganaderos de Machiques, sin contar con el prontuario que posee en Colombia.
Entonces uno se pregunta ¿será que una actriz que ayuda a evadir a un líder negativo de la cárcel, eufemismo utilizado para llamar lo que en argot carcelario es conocido como “Pran”, y además se oculta de la justicia evadiendo su responsabilidad con esta fuga, merece más beneficios que un joven yukpa humilde, que sólo se defendió de los tiros que iba a propinarle un sicario?
La “Rosita” irá cada 15 días a presentarse y mover sus sinuosas curvas, ante los ojos desorbitados de mas de un funcionario que quizás hasta autógrafos le pida por el sólo hecho de aparecer en televisión. La presunción de cooperación que pareciera no ser tal, puesto que se encontraba en fuga, no es suficiente para encarcelarla, por el contrario llevará su juicio, si es que hay tal, en libertad.
Mientras que Antonio con su pobreza a cuestas, probablemente se pregunte, ¿seria mejor haberme dejado matar?