Ghadafi
José Javier Franco

 

yo soy el león del desierto

el que sobre la arena movediza de este desierto levantó con las manos una nación

 

yo como dios dí orden a la nada y levanté gentes donde nada había

los ríos los torcí para que pasaran por donde debían pasar contradiciendo natura

las nubes de libia las forjé y por la fuerza de mis manos las concentré sobre sus campos para que soltaran sobre ella la dulce lluvia y el desierto diera flores y frutos y fuera grande y generosa la cosecha

 

yo expulsé a los enemigos y conjuré las traiciones

yo apagué los volcanes de fuego de la guerra y silencié el traqueteo de las ametralladoras

e hice adjurar a los tiranos

fusil al hombro, vencí a los gigantes y aplaqué las furias

con mi lengua iluminada por el fuego sagrado traje paz a las tribus

y la concertación reinó entre ellas

los sabios de las tribus venían a mi tienda y me daban tesoros por mis palabras

 

yo hice que sobre este desierto se amancebaran la hembra y el macho y se multiplicaran como es el mandato de dios, cualquiera sea el nombre que los hombres quieran dar a esa fuerza que es la vida

 

como los emisarios divinos pude ver que este no era un pueblo sino una bandada de pájaros a la intemperie y me dije a hacer de sus legiones una sola nación para que sus hijos y los hijos de sus hijos nacieran bajo el nombre sagrado de libia

 

y a todos di de todo y el dar fue llamado jamahiriya y es jamahiriya que todos tengan casa y familia y que todos puedan comer y orar y que todos gocen de una vida plena y para eso la jamahiriya expulsó de estas tierras la pobreza y el hambre porque la jamahiriya es el islam y el islam es la jamahiriya y la jamahiriya y el islam son dios

 

pero entonces vino el tiempo de las concesiones y los arrumacos con la bestia

las libaciones en los palacios donde habita en los congresos donde señorea en las casas de gobierno desde donde sus lacayos le sirven dando órdenes

 

yo le ofrecí a manos llenas cuanta riqueza devoraron sus ojos pero no supe ver que su codicia es infinita

para saciar su apetito voraz le ofrecí groseros banquetes pero su hambre no conoce límites

llené una y mil veces su copa de vino y de petróleo pero no supe ver que su sed es insaciable

avara la bestia no se conforma sino con el arrebato y el asalto y el todo por el todo

 

ellos diseminaron entre mis tribus la ira

contra mí sembraron la tempestad y el trueno

a mi pueblo lo bañaron de lava y hierro fundido y fósforo

le ofrecieron a las ratas las migajas del festín y les prometieron un poder que no les está dado a los traidores para que cortaran mi cabeza y la confundieran con el polvo y los escupitajos

 

no tengo por qué describir mi asesinato ni mis humillaciones

he sido exhibido en mi hora última dado al escarnio

la muerte me fue robada

lo más privado que tiene el hombre me fue arrebatado

mi muerte es suya ahora

en sus manos está caminando mi muerte

me pudriré entre sus dedos

los gusanos de mi carne serán los gusanos de su carne

mi podredumbre será la suya propia

 

pero libia se levantará nuevamente aunque ahora su cuerpo sea pasto de bestias y carroña de la rapiña

 

sobre mi cadáver sobre mi sangre sobre mis huesos se levantará de nuevo y brillará de nuevo el sol radiante en el iris de los ojos de una mujer encinta

 

mi espíritu nacerá en los hijos de misrata en los hijos de syrte

en los hijos de trípoli y bengasi

en los hijos de cada una de las mujeres de cada una de las tribus nacerá para levantar de nuevo las banderas

 

 

 

 

 

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