yo soy el león del desierto
el que sobre la arena movediza de este desierto levantó con las manos una nación
yo como dios dí orden a la nada y levanté gentes donde nada había
los ríos los torcí para que pasaran por donde debían pasar contradiciendo natura
las nubes de libia las forjé y por la fuerza de mis manos las concentré sobre sus campos para que soltaran sobre ella la dulce lluvia y el desierto diera flores y frutos y fuera grande y generosa la cosecha
yo expulsé a los enemigos y conjuré las traiciones
yo apagué los volcanes de fuego de la guerra y silencié el traqueteo de las ametralladoras
e hice adjurar a los tiranos
fusil al hombro, vencí a los gigantes y aplaqué las furias
con mi lengua iluminada por el fuego sagrado traje paz a las tribus
y la concertación reinó entre ellas
los sabios de las tribus venían a mi tienda y me daban tesoros por mis palabras
yo hice que sobre este desierto se amancebaran la hembra y el macho y se multiplicaran como es el mandato de dios, cualquiera sea el nombre que los hombres quieran dar a esa fuerza que es la vida
como los emisarios divinos pude ver que este no era un pueblo sino una bandada de pájaros a la intemperie y me dije a hacer de sus legiones una sola nación para que sus hijos y los hijos de sus hijos nacieran bajo el nombre sagrado de libia
y a todos di de todo y el dar fue llamado jamahiriya y es jamahiriya que todos tengan casa y familia y que todos puedan comer y orar y que todos gocen de una vida plena y para eso la jamahiriya expulsó de estas tierras la pobreza y el hambre porque la jamahiriya es el islam y el islam es la jamahiriya y la jamahiriya y el islam son dios
pero entonces vino el tiempo de las concesiones y los arrumacos con la bestia
las libaciones en los palacios donde habita en los congresos donde señorea en las casas de gobierno desde donde sus lacayos le sirven dando órdenes
yo le ofrecí a manos llenas cuanta riqueza devoraron sus ojos pero no supe ver que su codicia es infinita
para saciar su apetito voraz le ofrecí groseros banquetes pero su hambre no conoce límites
llené una y mil veces su copa de vino y de petróleo pero no supe ver que su sed es insaciable
avara la bestia no se conforma sino con el arrebato y el asalto y el todo por el todo
ellos diseminaron entre mis tribus la ira
contra mí sembraron la tempestad y el trueno
a mi pueblo lo bañaron de lava y hierro fundido y fósforo
le ofrecieron a las ratas las migajas del festín y les prometieron un poder que no les está dado a los traidores para que cortaran mi cabeza y la confundieran con el polvo y los escupitajos
no tengo por qué describir mi asesinato ni mis humillaciones
he sido exhibido en mi hora última dado al escarnio
la muerte me fue robada
lo más privado que tiene el hombre me fue arrebatado
mi muerte es suya ahora
en sus manos está caminando mi muerte
me pudriré entre sus dedos
los gusanos de mi carne serán los gusanos de su carne
mi podredumbre será la suya propia
pero libia se levantará nuevamente aunque ahora su cuerpo sea pasto de bestias y carroña de la rapiña
sobre mi cadáver sobre mi sangre sobre mis huesos se levantará de nuevo y brillará de nuevo el sol radiante en el iris de los ojos de una mujer encinta
mi espíritu nacerá en los hijos de misrata en los hijos de syrte
en los hijos de trípoli y bengasi
en los hijos de cada una de las mujeres de cada una de las tribus nacerá para levantar de nuevo las banderas