
Manuel Rozental
Pueblos en camino
Prólogo al texto de José Quintero Weir
Bonaventura de Sousa escribe recientemente un artículo que titula “En defensa de Venezuela” http://blogs.publico.es/ espejos-extranos/2017/07/27/ en-defensa-de-venezuela/, frente al cual el Mayor indígena, activista y académico José Ángel Quintero Weir responde con firmeza y claridad aseverando con pleno conocimiento de la realidad y de la verdad que “Bonaventura tiene razón, pero está equivocado”. Compartimos el texto de José Ángel quien entre otras muchas cosas nota cómo “un par de días antes de que Boaventura nos hiciera llegar su parecer acerca de que “el imperialismo norteamericano va a invadir a Venezuela para detener la “revolución chavista” para quedarse con nuestras reservas petroleras”, es sólo una verdad a medias o, para decirlo en sus términos, lanzar esta referencia, desconociendo la lucha de toda una población de clases medias empobrecidas y de muy pobres que ya no aguantan la miseria a la que se les ha condenado, es la aplicación de una especie de sociología de las ausencias, es decir, se trata de inobservar lo que en este momento emerge, precisamente, como emergencia.”
Desde su reiterada postura de lucha y resistencia contra el capitalismo, lucha que, según lo viven y sufren directamente y ya desde hace años, les impone, de una parte, seguir enfrentando al MUD y a todo el aparato del capital global que lo respalda, lo mismo que a lo que a todas luces es la desilusión por la forma en que se pisoteó la lucha por la revolución y la decisión de un pueblo de cambiar la realidad y generar su dignidad y autonomía desde un gobierno que se ha servido de estas para acumular individualmente, generar negocios y corrupción, convertir un discurso en el que se le va la vida a la gente en palabras vacías y sumarse sin sabiduría a la indignidad sangrienta de esta sin salida entre dos derechas para que gane la derecha del capital a través del terror y del reclutamiento en dos bandos que consumen pueblo, pero que ya no lo son.
Dice José Ángel con la evidencia y la contundencia del saber, “la “revolución” no ha sido tan revolucionaria, ni tan de izquierda es su “izquierdismo””. Se equivoca una vez más Boaventura. Escribe de nuevo desde lejos y pontifica. A costa de un pueblo que merece ser respetado y escuchado y no reclutado en bandos que enceguecen de un lado y otro con ira y muerte, para que al final sea el capitalismo, en la peor de sus formas, tras verter sangre, el que se quede con el territorio, el petróleo y el trabajo. Boaventura se ubica en un lado, para fomentar y defender en teoría y desde lejos, un camino fallido, cuya tarea más digna sería asumir sus errores, reconocer la catástrofe a la que ha contribuido y ayudar a que el pueblo detenga la vía de la polarización, la entrega de Venezuela al capitalismo. Pero hay que leer a José Ángel y escucharlo. Así como hace tiempo, sin aceptar su palabra ni la de nadie de manera acrítica, hay que señalar con franqueza, como él lo hace, a tanto intelectual y analista que explota un enorme mercado de lectores que se acostumbran a sus análisis simplificados y a sus lugares comunes porque en esencia, prefieran a los iluminados sobre los pueblos y prefieren la mentira planteado como verdad del análisis cuya función es alimentar horizontes ilusorios, a costa de negar luchas reales. Venezuela se va a la muerte si el Bravo Pueblo no detiene con su sabiduría, de una vez por todas, el río revuelto en curso y asume con dignidad que ni MUD ni el Gobierno Bolivariano defienden a Venezuela. Ni ellos, ni el petróleo que busca el capitalismo, ni la guerra que necesita y está creando ahora mismo para superar su crisis. No es “En defensa de Venezuela” que Boaventura escribe este texto. Por el contrario, esta y todas las posturas que no promuevan la revolución contra la derecha global y local, incluida la derecha izquierdo-parlante en el poder, divide para que despojen, como ya lo están haciendo, a fuerza de propaganda, confusión, sangre y fuego, a Venezuela. Ninguno de los 2 bandos defienden Venezuela. Defenderla es dejar de creer en estas simplificaciones y verdades a medias. La repugnante derecha global no limpia el fracaso y los abusos que a nombre de la izquierda se defienden y lavan.
La sirianización: El capital necesita guerras para superar su estancamiento. Las está librando y están dándole los resultados que necesita. El Medio Oriente lo ilustra en hechos y cifras. Libia, Siria, pero también Irak, Yemen, Egipto. En fin, no importa qué discurso se pronuncie, qué religión o facción se defienda, qué Dios o partido se asuma…no importa. Lo que importa es la guerra que activa el capital, elimina excedentes de población y de capital y accede a recursos estratégicos: petróleo, claro, pero no sólo. Siria es un espejo ante el que debe verse Venezuela. Espejo que eligen eludir y negar los áulicos de la “izquierda progresista”. Ejércitos y grupos de todas partes. Atentados letales y la correspondiente retórica y confusión como método. Polarización. Bombas, tanques, armamentos, grupos armados, atentados, ejércitos y un permanente escalamiento a nombre de la democracia o de la revolución: no importa! El lenguaje del dolor, de la ira, del terror, cuidadosamente sembrados e implementados, diseñados, financiados, calculados. El triunfo del capital es la guerra. Una guerra civil promovida para beneficio del capital transnacional. Diría John Gibler, sujetos creados para matarse entre sí confundiendo a cualquier interlocutor, para activar en torno de la guerra incesante la destrucción, la muerte, el desplazamiento, el despojo, la apropiación, la reconstrucción, los refugiados. Contaron Siria y lo supimos, lo debemos saber: Venezuela y guerra regional para el capital, venga de donde venga y sea cual sea el discurso. Ese es el proyecto. No una guerra civil para después. NO! Una en curso. Río revuelto en el que pesca el capital. Venezuela se vuelve Siria y es llevada al matadero en bandos que niegan el único bando que cuenta: Pueblo de Pueblos tejidos contra el Capital, apegados a territorios, defendiendo el agua y la dignidad y capaz de señalar un ellos, de distinguir un ellos al que hay que resistir por igual, diga lo que diga.
Boaventura contribuye a negar y aplastar la tarea urgente que no nombra ni quiere respetar y que así esboza José Ángel: “Se espera… el comienzo de la gran confrontación que ni el gobierno ni la mud, en su juego de poder, habían considerado; por lo que, tanto el gobierno como la mud, serán los que propicien la intervención imperialista, pues, esto está tomando un rumbo fuera del cálculo de ambos factores. Explicar esto requiere una pausa que no es de mi interés en este momento. Pero prometemos analizarlo, pues, ya es tiempo de abandonar todo sofisma hecho y comenzar a pensar desde nosotros y por nosotros.”
Sabino y los pueblos indígenas. Los que no fueron o no han sido capturados. Los que levantan la frente y la dignidad, llamados y llamando con otras y otros hoy aislados e ignorados tanto por los áulicos del régimen como por los de las derechas súbitamente democráticas; los pueblos indígenas que no se han dejado capturar por esta dinámica, acusados por todos, perseguidos por todos, tratando de mantener por encima, más allá y más acá de esa guerra ajena, la verdad de una Venezuela de la tierra, de la dignidad, de las autonomías, pero, una y otra vez, en medio de la ira generada por la corrupción y el terror diseñados, cayendo capturados por estas dinámicas y fomentando a pesar de sí mismos la polarización. Echándole leña al fuego del capital con discursos de socialismo o democracia. ¿Es posible desde Venezuela, sin recetar modelos ni aterrizar con verdades en paracaídas, que la voz y el rostro. La fuerza y las multitudes de esta Venezuela de Venezolanas dignas que alguna vez fue la base del chavismo, se levante en medio del humo y del fervor, con más fervor y dignidad aún y señale la trampa, reclame y nombre autonomía y dignidad, se manifieste anti-capitalista y se deslinde del régimen podrido y convoque, nos convoque, dentro y fuera a luchar, pero no para ser marionetas vivas del exterminio para la ganancia sino contra esta y por la libertad?
¿Como Así? Pueblos en Camino