la-guarura-en-la-calleAana Wainjirawa |laguarura.info
El día de la libertad de prensa en la polarizada sociedad venezolana y la lucha por una comunicación libre.

Con la fulana libertad de prensa no estamos de acuerdo así nada más. Con la «libertad de prensa no se puede ser apenas hasta el slogan. Creemos más preciso decir que vivimos el proceso más drástico de corporativización de los medios en la historia de Venezuela. Estos medios que nacieron para servir de reproductores de las matrices elaboradas por las grandes agencias del hemisferio occidental en la guerra fría, hoy se reacomodan en base a un modelo donde el estado aunque aparece cómo operador, no será el beneficiario y el administrador definitivo de la riqueza mediática, sino las corporaciones.

El estado militar corporativo que hoy pone sus fondos de renta para construir una nueva hegemonía mediática trabaja sistemáticamente para lo que dice criticar. Los grandes carteles transnacionales saben de lo importancia de la hegemonía mediática en los planes de recolonización territorial y los están usando y reapropiando con privilegio.

Nunca el gobierno había actuado tan agresivamente para apropiarse de una importante tajada mediática a través de sus propios consorcios y empresas privadas, creando un sector de empresarios mediáticos del gobierno.

Al hacerlo polarizó aún más la escena política, pero entre pares, es decir entre empresarios, burros de pelambre similar aunque colorida. Cambiarán de colore cuando haga falta o venderán y los bienes cambiarán de manos. Han negociado entre ellos, lo cual es un signo de la paz que están dispuestos a construir, la de ellos.

Un ejemplo es la negociación de La Cadena Capriles ahora Grupo Últimas Noticias, fue en sana paz y de mutuo beneficio para las partes, no así para una parte importante de los trabajadores que han tenido que emigrar del medio o han sido despedidos. Es probable que Eleazar Díaz Rangel, que aún sigue ahí, no sepa quien es el verdadero dueño, pero es alarmante ver como se moviliza con prioridad este medio para cubrir la apertura de un callejón en Aragua y esto ha tenido prioridad incluso por encima de la pauta presidencial.

Quedan de cualquier modo empresarios de la comunicación de oposición, pero en este reparto de la libertad, no están incluidos los trabajadores, los campesinos y los indígenas, los pobres, chavistas u opositores valen solo si son chavistas u opositores y son el relleno de siempre a las noticas del poder. Esto es peligroso porque es un signo general del intercambio de mensajes mediados en este país.

Nadie es alguien si no es parte de las dos partes del escenario en que se debate el poder y esta exclusión se construyó con dinero, con dinero de las arcas públicas, pero también con dinero venido de financistas internacionales y ambas procedencias son señalables para los empresarios chavistas y opositores.

Para los que dedicamos una parte de estos años a luchar por la democratización de la comunicación como parte del fortalecimiento de nuestras luchas sociales, el fracaso no puede ser mayor.

Y solo hay que ver en manos de quienes quedó realmente el espectro radioeléctrico, donde el recambio redistribuyó los bienes de forma aún mas mezquina y privada.

Para colmo la publicidad oficial que transmiten las emisoras comunitarias en el mezquino espacio que les otorgaron, emisoras que nadie escucha por cansonas y porque nadie las siente verdaderamente suyas, evidencia que existen sólo para usarlas de vitrina gubernamental.

De modo que la libertad de prensa no es nuestro problema si vemos desde los pueblos, o al menos mas allá de la polarización, sino la democracia de la comunicación, el problema después de estos años se agravó cuando preguntamos ¿Quién dice?, ¿para quién dice?, ¿quienes crean los mensajes que se trasmiten mediaticamente?.

La polarización tiene como escenario de realización los medios y redes, es su lugar de prueba y existencia, pero además es la cara de un reparto insospechado y silencioso de las soberanías de los excluidos fingiendo incluso su propia lucha.

Por este camino de polarización corporativa estamos muy cerca del escenario atroz que los internacionalistas llaman balcanización y los pobres, que son los excluidos pagarán el precio.

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