Vete
Hace un tiempo que ya del cuerpo nos queda sólo el pliegue a las formas confusas
no atinamos un país para mirarnos
Hace un tiempo que nos importa poco el uso que hacen de su boca los hombres que aprendieron a mentir para salvarse
Caminar junto al tiempo es una amenaza
desbaratarlo en la mano
comérselo a gajos
triturarlo
La gente paga su cuota y sale corriendo
Que se vayan todos
y nos dejen con el «país»
A kilos se nos estremecerá en el estómago la tierra que han pisado generaciones de cabrones, adecos, militares y otros ilustres
Se vayan o no
se les caerá encima la nostalgia del cielo ilusorio
dios no existe y tampoco «las oportunidades»
alguien ya fue a freír al conejo blanco
Nos reiremos con los dientes de la rabia
de la calma del gato cazador
de la semilla ardiente a capas de suelo cubierta
esperando reventar
Hace tiempo que no bastan las palabras
ni los buenos acuerdos
ni las mesas de «paz»
hace tiempo el ombligo se volvió contra si mismo como un monstruo resentido y simple
Estuvimos cerca de caer vencidos
de irnos tras el hombre
sin la idea
sin contar el lado en que siguen estando los muertos
Pero no
El derrotero es la carne donde trasmutamos
su eslabón más triste es el silencio
aún nos queda verbo de mar picado
la rara costumbre de parir mil veces el mismo hijo
La lengua se abrió como una naranja herida sobre una nación de estafadores y estafados
de defensores y ladrones
de muertos y mitificados
la ofensa es una marca que llevamos sin orgullo en la frente
Soplamos al oído
guardamos las manos
para cuando se vayan a encerar el trono de los culos panameños
ya veremos entonces qué hacer con el «país»
Es soportable la vida porque vuelve a nacer
Sopla al oído
vuelve a mirar
vete