Presidente de SINAFUM LARA
Toda esta filosofía que trata de justificar estos hechos es bastarda y está en desconocer el instrumento esencialmente marxista del materialismo histórico, en los análisis de los procesos sociales de los pueblos.
Solo cuando se toma el poder y se cambian las relaciones de producción en una sociedad de forma directa por los trabajadores es cuando estamos en presencia de una verdadera revolución. Se asume el derecho laboral, como derecho humano. Lo demás son experimentos fallidos y engaños filosóficos.
Según el ministro del trabajo, filosóficamente hablando, estamos en plena sociedad socialista y no en un viejo y arcaico estado capitalista, que se mantiene por la renta petrolera desde hace más de 100 años. . Según este nuevo pensador del idealismo filosófico, los trabajadores y trabajadoras debemos renegar de las convenciones colectiva, porque simplemente los mismos representa un reconocimiento tácito de la clase trabajadora al mercantilismo del trabajo efectuado por la misma clase
Lo primero que nos da luces en esa materia es el pensamiento neoliberal de algunos altos funcionarios del gobierno en materia laboral con sus propuestas sobre la necesidad de desmontar la estructura reivindicativa de las leyes laborales anteriores y de renegar las convecciones colectivas bajo la idea de que ya estamos en pleno socialismo bolivariano, lo cual es una tremenda falacia.
Cualquier desregulación laboral atenta de inmediato contra los trabajadores y eso es historia contada y pasada.
No somos defensores a ultranza de las convenciones colectiva, pero son instrumentos necesarios para fijar mínimas pautas de las relaciones laborales con grandes empresas y con el estado. El problema con las convenciones colectivas es que quienes la discuten deben tener legitimidad en las bases, autonomía frente al patrón y experticia en discusión económica laboral. Ninguna de esas característica cubren las federaciones de la CTV y menos el sindicato SINAFUM.
Entonces ahora, frente al rebose inflacionario el gobierno del presidente Maduro acaba de aumentar el salario mínimo para todos los trabajadores, lo cual creemos que es muy merecido, pero ha cometido un error conceptual en diferenciar los trabajadores en base a un sofisma burgués de quienes supuestamente están en convenciones colectivas y los demás trabajadores sin contratos. Tal vez sin saberlo, o porque sus funcionarios no le han dicho toda la verdad sobre las contrataciones colectiva, sobre todo la de los docentes, la inflación y la especulación afecta a todos sin distingo de esas divisiones laborales.
Frente a estas apreciaciones solicitamos ya el ajuste salarial a los fines de solventar la crítica situación social del magisterio nacional y esperar el próximo año a discutir una convención colectiva totalmente diferente en parámetros.
Por lo menos, debemos establecer la base de la escala salarial docente en que el salario de los docentes (I) sea equivalente a dos (2) salarios mínimos.
Después veremos, como dijo un filósofo ciego.