Realizado por Argimiro Serna
“Simón Bolívar no es el Padre de la Patria”
Entrevista imaginaria a José Manuel Briceño Guerrero
Por Arlenys Espinal
A propósito de la desaparición física del Profesor José Manuel Briceño Guerrero y de su existencia eterna que constatamos en su obra. A propósito también de la actual situación del país, que requiere profundidad en el pensamiento, para comprender porqué estos Estados, hijos de la colonia, no permiten el avance de las transformaciones, la profundización de la Revolución.
Socializamos con el pueblo bolivariano en lucha, esta entrevista imaginaria publicada en el año 2010, por el “Directorio de Papel” (publicación creada para problematizar las instituciones), inspirada en su discurso pronunciado el 24 de junio de 1983, con motivo del homenaje de las universidades al Libertador en el Bicentenario de su natalicio. Evento al que Briceño Guerreo, fue invitado a pronunciar el discurso de orden en el que expresó:
“Yo había aceptado decir este discurso, complacido y abrumado por el honor. Ahora me preguntaba si no corría peligro de hundirme en el deshonor y la vergüenza, ante mis dioses, contribuyendo indirectamente a mantener mentiras convencionales por timidez en el ejercicio de la libertad de palabra. Decidí entonces que manifestaría respeto al Libertador y a mis oyentes diciendo la verdad (…) “Yo no he estudiado en vano, yo no he vivido en vano, yo o he intentado comprender a mi país en vano. Yo sé que Simón Bolívar no es el Padre de la Patria. Yo también sé que Venezuela no es una patria”
Haciendo uso de la imaginación a través de preguntas que inevitablemente genera dicha expresión, iniciaremos un diálogo con el Profesor Briceño Guerrero, para reivindicar esta intervención excepcionalmente valiente, que produjo nada menos que la interrupción del discurso por parte de las autoridades del Gobierno de Luis Herrera.
Directorio de Papel (DP): ¿A qué se refiere al afirmar que Bolívar no es el Padre de la Patria?
Briceño Guerrero (BG): Este país pertenece a una región del mundo que se dejó de ser colonia española gracias a la gesta emancipadora encabezada por Bolívar, pero se constituyó en Estado separado en contra del pensamiento y de la voluntad de Bolívar en contra de todo lo que Bolívar significó para sí mismo, en contra del corazón de Bolívar. Venezuela por no ser mas colonia española da testimonio de la gran victoria de Bolívar, pero, por ser estado separado de la Gran Colombia da testimonio del gran fracaso de Bolívar. Su propia victoria militar, más que su enfermedad y su muerte lo hicieron fracasar como organizador de estados, porque los heterogéneos discursos que logro cohesionar para la primera tarea, al dispersarse de nuevo sin el freno español y sin el suyo, solo válido en guerra, condujeron a la multiplicidad caótica que hoy nos impide pronunciar palabras salidas del corazón colectivo, palabras que el si oyó y dijo pero nosotros no queremos oír, hipnotizados por pequeños poderes.
DP: ¿Entonces la República que se constituyó no es reflejo del sueño de Bolívar?
BG: Nacida traumáticamente de la fragmentación de un gran sueño, Venezuela es un ámbito geográfico y administrativo. Los despojos territoriales nunca le han dolido realmente porque no es el cuerpo de una patria, sus limites son imprecisos y negociables como propiedades materiales no irrigadas por sangre común, no inervadas en un sistema vivo. Dentro de ese ámbito geográfico y administrativo hay muchas patrias pequeñas, amados terruños alimenticios que no llegan a configurar un todo orgánico, yuxtapuestos, imbricados, superpuestos, interpenetrados se continúan más allá de las fronteras sin sentirlas.
DP: ¿Quiere decir que la fragmentación que produjo el fracaso de la Gran Colombia constituye nuestra desgracia?
BG: Tal situación en sí misma no entraña una desgracia irremediable y tal vez no es una desgracia. Muchas patrias han comenzado siendo conglomerados de pequeñas patrias recíprocamente hostiles. Otras han comenzado como fragmentos de un todo despezado. Lo múltiple y lo diverso puede articularse en una totalidad de sentido donde las partes conservan individualidad autonómica o se van fundiendo en unidad superior donde quedan superadas y conservadas. La culpa edípica puede asumirse conscientemente transformándola en responsabilidad adulta, El hombre es músico y puede componer estados polifónicos; tendrá que componerlos.
DP: ¿Acaso no significaba la Gran Colombia un estado polifónico? ¿Por qué cree, se rinde tanto culto a Bolívar y no se honra su pensamiento?
BG: (…) El culto oficial a Bolívar, característico y definitorio del estado republicano, no guarda continuidad con la presencia innominada de Bolívar en nosotros más cerca de su corazón que de sus actos. El poder político venezolano (…) recuperó el cadáver de Bolívar y lo hizo objeto de un culto supersticioso que encubre el terror de su resurrección y garantiza su muerte separándolo de la tierra adonde podía germinar. La presencia viva e innominada de Bolívar, común a las muchas patrias pequeñas, permanece en estado embrionario porque no tiene acceso a la toma de decisiones, no tiene respiradero político. El culto a Bolívar es una fachada; el poder político se asumió como reparto y rapiña, erigido sobre el desvencijado aparato institucional de la colonia española, apuntalado por instituciones emprestadas a la Europa segunda. Se afianzó e hizo escuela un linaje hasnamousiano de hombres de presa que sólo conoce la pandilla como forma de organización y la astucia como virtud suprema.
DP: ¿Cúal es el Balance que hace de la evolución de nuestro país, porque no es una patria?
BG: Me limito a los últimos 50 años por cercanía vivencial y no puramente académica. Dos circunstancias lo han caracterizado, el sostenido crecimiento demográfico y el acelerado aumento simultáneo de los recursos fiscales. Ante esas dos circunstancias hubiera podido esperarse de parte de los dirigentes del país una acción creadora de cultura, prosperidad y patria. Por una parte, una gran población mestiza descendiente de esclavos, negros, indios, derrotados y blancos de orilla, en pésimas condiciones de vida, habitaba por un anhelo legitimo y ciego de superación; por una parte, grupos privilegiados constituidos por descendientes mantuanos, neocriollos y arrivés del caudillismo militar, que no sintieron nunca a los otros como integrantes de la misma patria, porque no hay noción de patria. ¿Cómo hubiera podido esperarse de ellos una acción creadora que fuera mas allá de sus intereses de grupo concebidos con ojo de ratón? (…) Pero el sostenido crecimiento demográfico potenciaba la peligrosidad social del legitimo y ciego anhelo de superación, mientras el acelerado aumento simultáneo de los recursos fiscales, remota herencia tectónica validada por la civilización industrial, posibilitaba la movilidad vertical y horizontal y permitía aliviar, disminuir, engañar, postergar, la peligrosidad social de los pobres, se perpetuaron y afianzaron las reglas del abyecto juego político que nos hizo nacer como ámbito territorial y administrativo que no como patria. Sobre los caudillos militares fueron prevaleciendo mas aptos en las nuevas circunstancias para el reparto (…) encargados de enseñar a círculos más amplios, las reglas del juego (…) y premiar según ellas las pandillas mas aptas en el manejo de la violencia y la astucia.
DP: ¿Qué significa hacer patria desde lo humano?
BG: Un hombre se hace hombre cuando construye dentro de sí mismo un nivel de reflexión que le permite volverse consiente del destino, es decir, de lo que en él es condicionamiento biológico y cultural para elevarse al ejercicio de su libertad y de su creatividad. Un país se hace patria cuándo construye dentro de sí centros autónomos de autoconocimiento y autocomprensión que iluminen sus centros de acción para integrarse asumiéndose en plenitud, orientarse en el universo y dirigir deliberadamente su conducta; así, está será no la resultante mecánica de una combinatoria subhumana de fuerzas históricas, sino el producto de decisiones enraizadas en un ámbito de valores espirituales, es decir propiamente humanos.
DP: ¿Qué significa hacer patria desde el ejercicio de dirigir las instituciones?
BG: Sepan nuestros dirigentes y su abigarrada progenie que el ocupar altas magistraturas no salva de la mediocridad ni de la muerte. No es un nombre en una lista de gobernantes ni un retrato en una galería de directores lo que puede dar sentido a una vida estéril e intrascendente. Más bien ponen de manifestó su vacuidad. La tierra no puede hacer germinar lo que nos es semilla. Un corazón vacio no puede hacer acto de presencia junto al corazón del pueblo. Es preferible el anonimato de los humildes que se convierten en humus alimenticio para las virtudes humanizantes donde se esconde y sueña el futuro vigor la patria.