Por: Resumen Latinoamericano
Guatemala y la resistencia del pueblo contra el extractivismo
La Puya es el nombre que tiene el sitio donde están acampando desde hace meses grupos de personas de varias aldeas de los municipios de San Pedro Ayampuc y San José El Golfo; por turnos han estado conviviendo de día y de noche, pacíficamente, en resistencia a un gran proyecto de extracción de oro y plata que la empresa Exmigua inició a sus espaldas, con apoyo de autoridades corruptas y de empresarios sin escrúpulos que no se tientan el alma para amenazarles.
La acción policial para liberar el paso que permitiera el ingreso de maquinaria a la mina El Tambor, en La Puya, San José del Golfo, y la resistencia de unos cien pobladores opositores provocó un enfrentamiento que dejó como saldo a 26 personas lesionadas, entre ellas 15 agentes, y cuatro capturados.
La Policía comenzó a avanzar ayer a las 14 horas, seguido de un furgón que transportaba una retroexcavadora.
Los pobladores, vecinos de San José del Golfo y de San Pedro Ayampuc, que se oponen a la mina, por considerar que es contaminante, se sentaron frente a la entrada de las instalaciones.
Algunas mujeres oraban en busca de detener el avance de los agentes, quienes tenían la orden de desalojar el área. Al llegar donde estaba el grupo de inconformes, comenzaron a retirarlos a empujones y esto desencadenó forcejeos, gritos e insultos. Algunos manifestantes comenzaron a lanzar palos, piedras y varios objetos, y la Policía respondió con gas lacrimógeno. Hora y media duró el enfrentamiento, en el que resultaron intoxicados niños, mujeres y ancianos por el gas lacrimógeno.
También el subcomisario Feliciano Cruz Vásquez, de 41 años, un oficial segundo, 13 agentes de la Policía y 11 civiles —ocho de ellos de gravedad—, resultaron lesionados y fueron llevados a hospitales y centros de Salud. Varios de los manifestantes dijeron que habría más personas heridas, aunque no precisaron el número. Agentes uniformados, mujeres y hombres de diferentes comisarías, que no portaban bocachas para lanzar gas, recogían las piedras que los inconformes les lanzaban y se las devolvían de la misma forma.
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