Fuentes confiables nos informan que un grupo de 20 sicarios se desplazan desde la hacienda Rancho Grande hacia la comunidad de Chaktapa en busca de 81 reses presuntamente perdidas o robadas hace 3 días. Sabino Romero García uyapu de Chaktapa pide que las organizaciones sociales y de derechos humanos se pongan en alerta roja frente a esta inminente agresión.
Recordemos en el contexto en que se da esta agresión, advirtiendo que las reiteradas amenazas a la vida de la familia de Sabino no son desconsiderables y en ningún caso desestimables:
Una campaña de criminalización y de hostigamiento, tratando en los últimos dos meses de incriminar a los hijos e hijas del asesinado luchador por la tierra Sabino Romero Izarra.
Denuncia de estas agresiones por parte de Sabino Romero García ante los medios de comunicación.
Allanamiento de militares a la comunidad de Chaktapa en un acto que secunda la campaña de incriminación en los secuestros ocurridos en la zona a los hijos del fallecido Sabino Romero.
Una fuerte vigilancia de distintos organismos policiales y militares sobre la comunidad, que desmiente de hecho las acusaciones hechas a través del rumor y el trabajo de la prensa inescrupulosa al servicio de la clase ganadera y empresarial zuliana.
La ausencia de una posición oficial que desmienta las acusaciones de manera clara y pública y de una acción clara y confiable de justicia que acabe con la impunidad ante los crímenes pese a que la imagen del martir Sabino Romero es usada publicitariamente.
La ausencia de un proceso de investigación transparente e independiente de entes implicados que devele de forma confiable la red de complicidades en el exterminio de los más importantes dirgentes de la resitencia territorial yukpa ante el latifundio y la minería.
El no cumplimiento de los compromisos del gobierno en el proceso de demarcación a partir de la muerte de Sabino. Mucho menos en los años anteriores de su lucha en vida.
La ausencia de solidaridad de la burocracia indígena MINPI gubernamental con esta lucha, ante la que se a plantado historicamente cómo enemiga y desmanteladora clientelar.
Sin verdadera justicia nada podrá parar la histórica máquina de exterminio que ha operado en la frontera colombo venezolana por 100 años, contra los esfuerzos de lucha y dignidad de los indñigenas y campesinos de la región.