Asesinaron sus cuerpos, malditos, quisieron que no vieran la verdad arrancándote los ojos alexander, quisieron ahogar tu voz con un tiro sabino.
No pudieron encerrarlos con la mentira, no pudieron acallarlos con amenazas, no pudieron, coño, no podrán, sus cuerpos los eliminaron pero sus voces son las de la lucha, la de la justicia y las que gritan en las voces de muchos otros que los territorios yukpas no son tuyos ganadero, ya te saciaste con la sangre de Sabino y Alexander La Verdad.
Sus cuerpos estarán sembrados y darán la semilla libertaria del pueblo yukpa, será la que abone la tierra que la voz rebelde del indio recupere de una vez por toda. Ya saben, las balas no acallan la voz de la lucha.
Asmery González
Maracaibo, Marzo 2013