
La Guarura, Sistema Comunicacional Libre y Militante.-
Además de ser noticia por los desastres ocasionados en tiempos de lluvias, por el hacinamiento en viviendas precarias y por graves problemas socioeconómicos, y más recientemente por la explosión de dos transformadores -hecho que dejó sin luz a varios sectores del área metropolitana del Estado Anzoátegui- la zona rural de Barbacoas ahora es noticia porque en la vida cotidiana de su gente se hace realidad la más cruenta lucha de clases.
La lucha de clases siempre está latente, aunque ahora muchos funcionarios públicos ignoren, olviden o soslayen las causas que le dan origen, y en consecuencia, se pretenda que hechos como los que ocurren en diversos sectores de Venezuela aparezcan como luchas aisladas, producto del carácter belicoso de su gente y sin ningún tipo de relación con la forma absoluta de la producción social capitalista que aún prevalece en Venezuela.
Unos humildes habitantes del caserío El Ciruelar, apoyados por uno de esos verdaderos camaradas que afortunadamente están diseminados por toda la geografía nacional, aprenden a utilizar las redes sociales para darnos a conocer la difícil problemática que viven.
El conflicto aparente ocurre cuando los habitantes del caserío El Ciruelar, con la ayuda de César Rodríguez, se deciden a formar un Consejo Comunal como forma de organización para asumir responsablemente, no sólo su compromiso con los habitantes del sector, los cuales se encuentran sometidos a toda clase de penurias sociales y económicas, sino para hacer realidad la recuperación para el pueblo de la riqueza que aún sigue en manos de los capitalistas. En este caso, la explotación del sector por parte de las empresas privadas de las areneras que se encuentran en la zona.
El mecanismo de acción que asumen estos compañeros es la activación, con el apoyo gubernamental, de una arenera con un perfil de empresa de producción socialista, la Arenera Socialista Miguel Noguera, en la cual debía predominar un concepto de colectivo industrial que sirviera para el desarrollo estratégico de la zona en materia de provisión de materia prima en la construcción de viviendas dignas para los habitantes de esas zonas rurales.
Esta acción, evidentemente, activa la furia de los dueños del resto de las areneras privadas, quienes emplean a algunos habitantes de caseríos vecinos como testaferros de sus intereses. Los compañeros acusan a algunos de esos vecinos de actuar individualmente empleando la figura de los Consejos Comunales para obtener prebendas personales, haciéndose beneficiarios de viviendas que luego venden. Les reclaman el no brindar apoyo a las familias humildes que realmente lo necesitan y de apropiación indebida del material que envía la Misión Vivienda al sector.
Atropellos a mujeres, golpizas, abusos contra los más humildes… son hoy el día a día de esos habitantes que han tomado por cierta las palabras del texto constitucional que nos insta a constituir una democracia participativa y protagónica. Y todo esto con la anuencia de ciertos activistas políticos y el silencio de nuestras instituciones públicas.
Muchos son los intereses que al parecer se mueven en la zona, además de la avaricia activada por los dueños de las empresas areneras. Algunos personajes nefastos de la política -de esos que visten de rojo pero cohabitan con los intereses del capitalismo- pretenden hacerse de la administración del relleno sanitario que también se encuentra en el sector, conocido como Cerro de Piedra, lugar del cual fueron sacados por un decreto que al parecer formuló el gobernador Tarek William Saab.
El llamado del Colectivo La Guarura es precisamente a él, al gobernador de Anzoátegui Tarek William Saab, para que ordene la realización de una investigación seria y exhaustiva de todo lo que allí acontece, y para que evite a tiempo que a estos compañeros se les aplique las prácticas comunes de sicariato que han dejado un doloroso saldo de camaradas campesinos, trabajadores e indígenas muertos en nuestro país. Situación ésta que no sólo resulta paradójica con el proyecto de país que se dice impulsar, sino que también pudiera ser interpretada como un abandono intencional a las luchas populares y un pacto tácito con la derecha y sus intereses.
Exigimos respaldo verdadero y permanente a las comunidades que abanderan los proyectos dirigidos a transformar la producción social capitalista y la falsa percepción de progreso de una economía política al servicio de los intereses de la burguesía.
La lucha de los habitantes del caserío El Ciruelar es la lucha de Sabino Romero, y es la lucha de todos y cada uno de los dirigentes sociales y campesinos que han caído víctima de los intereses de los poderosos, y a los que el Estado Venezolano no ha sabido respaldar eficientemente.
¡Rompamos el silencio! ¡Prohibido callar y acallar una denuncia por coyunturas electoreras! Una sociedad justa sólo será posible entre hombres justos…